Diversos medios de comunicación israelíes han informado de que las autoridades de la ocupación van a “permitir” la introducción de generadores de electricidad en la Franja de Gaza, aunque de acuerdo a ciertas “condiciones de seguridad”. Con ello se pretende contribuir al alivio de la severa crisis humanitaria que la población gazatí está padeciendo.
Se desconoce el impacto real que esta decisión de mejorar las instalaciones eléctricas pueda provocar en los ciudadanos, en vista de las condiciones económicas en regresión y el descenso de liquidez que sufre la Franja.
Los hogares de la ciudadanía de Gaza sólo reciben cinco horas de suministro eléctrico al día debido a la escasez de suministros eléctricos, y a la situación de destrucción de varias instalaciones eléctricas debido a los bombardeos israelíes. En torno al comercio de generadores se ha generado un continuo negocio, y numerosos comerciantes se lucran de la compra-venta de estos generadores eléctricos y de la distribución de corriente eléctrica a los ciudadanos a cambio de contrapartidas económicas.
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Es de señalar que las autoridades israelíes han reducido durante los últimos años la entrada de generadores, suministros eléctricos y piezas de repuesto en Gaza, y por ello ha aumentado la escasez de suministro.
De acuerdo a diversos comunicados de la organización de protección de los derechos humanos Giisha, durante el año 2017 sólo se permitió la entrada desde Israel en la Franja de Gaza de nueve generadores eléctricos.
Esta decisión llega en el mismo momento en que las agencias de seguridad israelíes advierten de la posibilidad de un estallido social en la Franja y de un derrumbe de la situación económica de las clases populares.
Las autoridades israelíes han “presentado un borrador” a los países donantes de dinero a Palestina a través del cual pretenden que se presenten proyectos, “con financiación internacional”, de forma que se reconstruyan los edificios y las instalaciones públicas destruidas por el ejército de esas mismas autoridades durante sus ataques contra la bloqueada Franja de Gaza.
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Así, una emisora oficial israelí ha señalado que Israel ha presentado ante la cumbre de países donantes para Palestina un plan de reconstrucción de la Franja de Gaza para reconstruir, “desde un punto de vista humanitario”, las edificaciones e instalaciones públicas de la Franja. Para ello pide a los países donantes que financien la iniciativa con alrededor de 1.000 millones de dólares.
La emisora ha señalado también que el régimen de la ocupación ha anunciado esta decisión de permitir introducir generadores eléctricos en el transcurso de esta misma cumbre, que se empezó a desarrollar en Bruselas el miércoles 31 de enero. Y también dijo que se permitirá la introducción de generadores en la Franja a través de “permisos especiales” a algunas empresas.
Por su parte, el periódico Hareetz ha aclarado que el plan israelí plantea construir plantas de desalinización y otros proyectos eléctricos y gasísticos y desarrollar la zona industrial en torno al paso de Eretz.
El ministro de cooperación regional Tasaahi Hangani, durante los trabajos desarrollados en esta cumbre de países donantes, mostró detalles de este plan, insistiendo en que Israel no va a permitir la introducción de materiales “de segundo uso”, en tanto que la ocupación pretexta que pueden ser utilizados para usos militares.
Esta cumbre de países donantes, que incluye a 15 países, entre ellos los eeuu, ha sido organizada por Noruega, que preside actualmente el comité en que se agrupan estos países, y ha empezado a desarrollarse ayer en la capital belga, Bruselas. Y llega tras el desplante estadounidense al anunciar su reducción de ayudas económicas al pueblo palestino.
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Por otra parte, la Unión Europea anunció ayer que va a donar más de 42 millones de euros en ayuda al pueblo palestino.
Esta cumbre, en la que participan ministros de los países donantes y en que ejerce de anfitriona la máxima responsable de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogerini, está presidida por la ministra de Asuntos Exteriores noruega, Iina Eriksson Suridi.
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