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Jordania y Arabia Saudí en una región cambiante… ¿Busca Ammán nuevas alianzas?

El rey Abdullah de Jordania se reúne con el rey Salmán de Arabia Saudí el pasado 13 de diciembre en Riad [Bandar Algaloud/Saudi Kingdom Council/Anadolu Agency]

Arabia Saudí tuvo una reacción “discreta” a la decisión de Trump de reconocer Jerusalén como la capital de Israel, comparada con la reacción jordana, a nivel tanto popular como oficial. Esto se hizo evidente con la reacción tardía de Arabia Saudí a dicha decisión, el bajo nivel de representación saudí en la cumbre en Estambul sobre Jerusalén, y en las noticias cortas y frías que emitieron los medios saudíes sobre las protestas contra la decisión, la cumbre de Estambul y las reacciones internacionales a la medida de Trump. En cambio, los altos cargos de Jordania participaron en la cumbre, mientras que el Estado y los medios privados cubrieron con atención el desarrollo de los acontecimientos respecto a Jerusalén.

Los observadores creen que Arabia Saudí ya conocía de antes la decisión estadounidense, y que podría, por lo menos, haber “convencido” a Trump de retirarse y advertirle de las consecuencias. Sin embargo, Riad trató el tema de Jerusalén como “un as que puede jugar en la competición geopolítica con Irán, mientras que Jordania lo considera algo existencial”, cuenta Hassan Al-Barari, analista político jordano.

Jordania expresó una dura objeción a la decisión de Trump con mucha fuerza y confianza. Esto lo demostró la actitud calmada del rey en su discurso oficial, con un tono claro y audible, que representaba el mensaje de que a Jordania le perturba la decisión, pero no le incomoda, y que jugará muy cuidadosamente sus cartas. ¿De dónde proviene esta confianza? ¿Qué cartas tiene Amman para estar tan tranquilo a la hora de hablar en contra de la decisión y dejara en condiciones de enfrentar el esperado chantaje ante las dificultades económicas que siempre se han usado flagrantemente en su contra? ¿Podemos considerar que el avance jordano hacia Turquía es un paso adelante?

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Inmediatamente, Jordania se movió hacia Turquía, rival de Arabia Saudí, ya que llevan diez años compitiendo por el liderazgo del mundo musulmán. Esta rivalidad, manifestada con el inicio de la Primavera Árabe, cuando Arabia Saudí vio que su liderazgo sobre los musulmanes sunníes se veía amenazado por Turquía, sobre todo después de que esta última reforzara su relación con los Hermanos Musulmanes y de que cooperara con Qatar para apoyar a las nuevas fuerzas que llegaron a la autoridad en los países de la Primavera Árabe. Mientras tanto, Arabia Saudí intentaba frustrar las revoluciones, a las que consideraba contrarias al antiguo sistema árabe, cuyo pilar es Riad. También temía que el éxito de las revoluciones resultara en alianzas árabes con Turquía, destronando a Arabia Saudí.

Jordania ha sido un fuerte aliado saudí durante los últimos cinco años, y ha apoyado sus políticas respecto a los temas más candentes de la región. Como resultado, Jordania ha tenido que soportar mucha presión popular y económica, con la que Arabia Saudí no lidió al nivel requerido. En cambio, adoptó la política de marginalizar a Jordania, algo que se hizo más evidente el año pasado, llegando a las actuales posturas contrastantes de ambos países respecto a la decisión de EE.UU sobre Jerusalén.

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Por lo tanto, podemos considerar que el paso hacia Turquía de Jordania es un mensaje inmediato que responde a la política de Arabia Saudí, y su intento de pisar a Jordania la mayoría de las veces. Amman quiere retratar el mensaje de que es capaz de coger el timón y navegar en distintas direcciones en caso de que Arabia Saudí siga con sus políticas actuales.

Es posible que Arabia Saudí no se diera cuenta de que Jordania tenía muchas cartas fuertes que jugar, y de que no puede prescindir de ellas debido a la importancia de las cuestiones que comparten ambos países.

En los próximos días, Arabia Saudí se dará cuenta de que la localización geopolítica de Jordania en el mapa mundial ha obligado a que sea un país pivote y que toda postura o decisión política que adopte Jordania afecta a toda la región. También descubrirá que todo intento de marginar o pisar a Jordania es un salto hacia lo desconocido. Esto hará que Arabia Saudí revise sus consideraciones, sobre todo ahora que Jordania ha dejado muchas cuestiones abiertas, como el tema sirio, así como las relaciones con los Hermanos Musulmanes y Hamás.

Este artículo se publicó originalmente en Arabi21 el 15 de Diciembre de 2017

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