Las autoridades israelíes han arrasado la aldea palestina de Al-Araqib, situada en el desierto de Negev al sur de los territorios ocupados en 1948, por 121º vez.
El jefe del Comité Popular de Al Araqib, Ahmed Abu Medeghem, ha explicado que las excavadoras israelíes, escoltadas por fuerzas policiales, militares y miembros de unidad especial Yoav (perteneciente al Ministerio del Interior de Israel), llegaron a la aldea por la mañana y comenzaron a demoler sus hogares, khaimas (tiendas de campaña) o cabañas construidas de latón. Acabada la operación, sus habitantes, hombres, mujeres y niños han quedado a la intemperie sin ningún refugio.
Abu Medeghem explicó también a Quds Press que “esta es la 121º ocasión en que este racista y extremista gobierno de derecha israelí ha demolido nuestros hogares de Al Araqib. Con ello intentan acabar con la paciencia y la fuerza de este pueblo, cosa que no conseguirán”.
Es de señalar que las autoridades de ocupación ya demolieron Al-Araqib el 25 del mes pasado, por 120ª vez desde el 27 de julio de 2010, en que tuvo lugar la primera demolición.
El objetivo de la ocupación, que dice que este pueblo palestino está asentado en tierras “ilegales”, es desplazar a los residentes de su pueblo natal como forma de allanar el camino para que estas tierras sean explotadas en la expansión de posibles asentamientos.
Al Araqib es uno de los 45 pueblos árabes situados desde tiempos inmemoriales en el desierto del Negev cuya existencia no reconocen las autoridades de ocupación, que están constantemente vandalizándolos, demoliéndolos, y acosando a sus habitantes.
La resistencia y fuerza de los habitantes de Al Araqib se ha convertido en un símbolo en la batalla de voluntades librada por los palestinos en los territorios ocupados contra la ocupación ilegal israelí, sobre todo en el Negev, con el fin de sobrevivir y preservar su tierra y su identidad frente a las ilegales políticas de desplazamiento, ocultación, o conversión.
El asentamiento de población palestina en la aldea de Al Araqib data de tiempos de la ocupación otomana en el siglo XVI. Sin embargo, las autoridades de ocupación llevan desde 1951 intentando expulsar a sus habitantes legítimos de la misma con el fin de controlar sus tierras. Este intento de expulsarles de sus tierras lo desarrollan a través de demoliciones masivas que afectaron sólo el año pasado a más de mil hogares el año pasado en el Negev, en un esfuerzo por controlar este vasto territorio cuya extensión equivale a dos tercios de Palestina histórica.
Alrededor de 240.000 árabes viven en el desierto de Negev, la mitad de ellos en pueblos y comunidades algunas de las cuales han existido durante cientos de años.
Las autoridades de ocupación israelíes no reconocen a estos sus habitantes legítimos su propiedad sobre el territorio de los pueblos y las comunidades, y se niegan a proporcionarles los servicios básicos como el agua y la electricidad. De esta forma intentan por todos los medios y métodos empujar a los árabes palestinos a la desesperación y a la frustración para que acepten el desarraigo y el desplazamiento.
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