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La memoria palestina está siendo aniquilada por el revisionismo histórico

Minusvalorar la memoria como una mera colección de diferentes historias es degradante y peligroso.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu frente al ataúd de de Shimon Peres en su funeral. Reuters/ Amir Cohen

El revisionismo histórico se ha convertido en una máxima de la sociedad israelí para reforzar su narrativa colonial. La muerte de Shimon Peres ha servido como gasolina para un debate que no debería existir, ya que la narrativa palestina de denuncia de desplazamiento forzoso de poblaciones y masacres está apoyada por las evidencias históricas. El parlamentario árabe-israelí Ayman Odeh reaccionó al funeral de Shimon Peres (al que asistió el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbás) con un artículo en YNet News en el que declaraba: "En detrimento de las investigaciones rigurosas que busquen la verdad, el mundo ve ahora la realidad a través de diferentes relatos, y cada comunidad, grupo, pueblo o país tiene el suyo propio". La memoria ha pasado a ser considerada "la enfermedad del pensamiento narrativo".

Sin que llegue a olvidar la Nakba, este artículo modifica el conocimiento histórico sobre los albores de la colonización sionista, saltando a una fecha posterior sin admitir la existencia de Israel como una entidad colonial. En 1948, la colonización del territorio palestino no era simplemente un escenario hipotético, sino un experiencia muy real para cientos de miles de palestinos. Hay que añadir en este sentido que la confabulación de la comunidad internacional en favor de Israel en este sentido ha corrompido la historia de tal manera que resulta difícil referirse a Israel como una entidad colonial, ya que ésto sería un desafío para las bases fundacionales y el relato fabricado por Israel.

Además del enfoque divisorio que separa a los palestinos que viven en Israel de los que no, ya sea en la diáspora o en los territorios ocupados de Cisjordania, Jerusalén y Gaza, la actitud condescendiente que emana del artículo es un insulto a la tenacidad sobre la tierra y la memoria con la que los palestinos han afrontado su futuro, decidida por ellos mismos hace décadas: esto es algo que Palestina comparte con las luchas de otros pueblos indígenas. Esto también refuerza una falsa actitud mediante el compromiso simulando aversión por dicha condescendencia. Esta historia repetitiva no es responsabilidad palestina, sino de la adhesión de Israel al plan original del "Gran Israel". Los palestinos tienen el deber de resistir a la ocupación y a la historia inventada que se les ha impuesto por el colonialismo sionista y la comunidad internacional.

Minusvalorar la memoria como una mera colección de diferentes historias es degradante y peligroso. Si Palestina hubiera sido dejada intacta, la memoria habría tomado un curso diferente y su expresión no sería objeto de debate en el contexto de un colonizador que intenta sabotear todo vestigio que queda de autenticidad palestina. La memoria no es un mero reflejo de la nostalgia; está viva y coleando precisamente a causa de sus vínculos con los acontecimientos reales que, a su vez, evolucionan hacia una narrativa.

Por lo tanto, la noción de las narrativas de memoria como "diferentes relatos" es deliberadamente engañosa. Un relato puede ser interpretado como cualquier cosa, mientras que las narrativas de memoria son una expresión que combina historia y la experiencia de dicha historia. Los parámetros de las narrativas son muy amplios debido a la inclusión de la memoria, y aún así se pueden canalizar y analizar con precisión debido a que los hechos históricos pueden ser verificados.

El sionismo, sin embargo, ha tratado de dictar a los palestinos cómo deben evolucionar su memoria y su narrativa, y cómo deben ser interpretadas. Está documentado cómo el Estado colonial se embarcó en una operación de confirmación de su propia historia a través del sistema educativo y la academia para conseguir legitimidad internacional. Esta distorsión histórica ya ha ocurrido por culpa de la colonización: es la desparición de la memoria palestina los que Israel está consiguiendo, además de la desparición de las propias personas.

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MEMO Staff Writer

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